Licor barato, amigos, fiestas y porros dentro de Love$ick de Mura Masa.
- Por Fabián Clopatofsky
- 8 nov 2017
- 3 Min. de lectura
La emancipación a temprana edad está tomando una fuerza importante entre los pubertos millennials que nos tocaron, vemos peladitos de tan solo 14 o 16 años parchados por ahí comportándose como adultos sin preocupaciones ni cuentas en mora, una vida ideal donde el imaginativo principal es estar al lado de una chica, quizá un porro y algo de beber.
La tan criticada generación Y, mi generación, es un conglomerado de personas que nace entre 1980 y finales de los 90s, hasta ahí todo va bien.
¿Pero y si hacemos un paréntesis y miramos como es que vive esta generación?
Somos personas solitarias aunque con miles de seguidores y amigos en cuanta red social exista, buscamos plan en parche hasta para ir a un velorio aunque las salas de velación no son nuestras preferidas.
Comemos de una manera desorganizada: almuerzo con chitos, cena con chitos y desayuno con los chitos del día anterior, no hay asco de nada.
Normalmente andamos sin un peso ya que nos atemoriza un reporte negativo en centrales de riesgo, hay plata pero en las tarjetas de crédito.
Tomamos lo que sea, desde Vincoca hasta un par de drinks de Veuve Clicquot, quizá la caracterizara más importante de esta generación es que alguna vez nos molieron la espalda a correa por andar vagando, pegándolo, bebiendo o faranduleando tarde por ahí en la calle.
Somos personas entre los 24 y 37 años que crecimos y maduramos algunas cosas excepto a Dragon Ball Z o Cuentos de los Hermanos Grimm.
Vestimos con botas, jeans y cosas nacionales, preferimos las tiendas independientes que están sobre la Septima y tenemos camisetas ridículas como "los feos somos más" "Uribe paraco" "el de al lado es marica" o camisetas de Nirvana o Toxicomano, odiamos las camisetas de Jack Daniels.
Por otro lado, si hablamos de la generación Z los que nacieron después de los dos mil y que hoy en día tienen máximo 17 años podemos decir que:
Son pelados lucidos y bellos sin un maldito grano en la cara y con sonrisas perfectas, personas pequeñas pero con mentalidades grandiosas, fieles como un hijueputa, gente que procura no beber por que en verdad cuida su figura y que por supuesto no consume ninguna sustancia porque tiene un hermano mayor al que le molieron el culo por andar de burro.
Son personas amargadas por naturaleza, nada les gusta, pero aun así, con cara de culo y todo, siguen siendo hermosos.
Les gusta el anime, el cine arte, aunque hay otros que están pegados a la movida del hip hop de medallo como Doble Porción, Crudo Means Raw o Zof Ziro, piden canciones en el jartadero de la universidad de Alzate mezclado con Aerophone, los Petit Fellas y Lana del Rey.
Esta gente en realidad es muy culta y le gusta salir a museos, parques, también revivieron el plan de parchar un domingo a la olvidada ciclovia o prefieren encerrarse un fin de semana a comer lo que sea pero con un tarro de Nutella a ver algo en Netflix.
Visten SARA, Stradivarius, Bershka o Forever aunque si vive por ahí cerca a parque la colina lo vera vestido H&M.
Devolviéndonos a la generación Y, el mortecino de la sociedad, podemos notar lo bien que hemos vivido, todo lo que hemos quemado y es que si, aparte de bareta y cigarrillos, alcohol y sexo descontrolado, somo gente que queremos un cambio ya que tenemos historias que contar, no estamos ahí estancados esperando a que nos llegue la grasita, somos los degenerados que nos emancipamos a temprana edad pero tenemos claro quién es mamá y papá o por lo menos le tenemos respeto a esa correa de cuero con chapa vicentera.
Love$ick muestra eso, un desorden emocional que es importante quemar en algún momento de la vida, amigos fiestas y sustancias, desordenes para algún día contar historias a los más pequeños y que desarmen las sociedades tan podridas que vienen, sociedades que los estados y gobiernos crean a partir de mentiras "incluyentes".
En Love$ick de Mura Masa se ve reflejado lo único y realmente importante, el momento que se está viviendo más no lo que pasó o lo que vendrá, una canción fresca para jóvenes bien jóvenes y jóvenes con recibos atrasados cuyas vidas son excitantemente disfuncionales.
Esto es un recomendado desde islas británicas para los "sanos" "fritos" y emancipados de 14 de Music indiexpress.
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